-Su gracia, carisma e ingenio le han permitido abrir puertas y ayudar a vender a decenas de emprendedores, quienes confían en ella-
La pandemia fue la causa principal para el cierre de millones de negocios en el mundo, pero también trajo consigo nuevas tendencias del sector comercial y nuevas oportunidades de compra y venta por Internet. Esto abrió el camino para que hombres y mujeres puedan emprender en el comercio electrónico llamado E-Commerce.
Para Ruth Verdugo Calle, nativa de Azogues, esta fue oportunidad para iniciar una nueva faceta en su vida, la cual le ha dado buenos resultados y le ha permitido darse a conocer en la ciudad y ahora fuera de ella, e incrementar sus ingresos económicos para mantener a su familia.
Sus inicios
Todo empezaría en noviembre de 2021, cuando con sus primas que llegaban de Estados Unidos de forma constante, hacían fila para asistir a un concierto de Jessi Uribe, en Azogues. Allí, y mientras dialogaban de todo, una de sus primas le propuso vender ropa por la red social Facebook, y ella no dudó en aceptar la propuesta. Inició, con gran entusiasmo y optimismo.
Fue tal la acogida que tuvo, que vendieron toda la ropa americana que disponía; el “enganche”, señala sonriente, fueron los modelos de las prendas de vestir, y los precios, prendas que entregaron en días posteriores a todos sus iniciales clientes.
Como pago por la ayuda realizada, sus familiares le reconocieron un incentivo económico y le invitaron a comer junto a sus hijas. Estas trasmisiones continuaron realizándose una vez por mes.
Se posiciona
En cierta ocasión, durante un video en vivo, Ruth Elizabeth ofreció sus servicios para ayudar a vender a comerciantes y personas emprendedoras de Azogues. La respuesta a su inquietud no se haría esperar, y en cuestión de días recibió varios mensajes y llamadas para que haga las veces de una “impulsadora en ventas”, es decir, ofrecer el producto y dar a conocer los precios; igual, los propietarios le reconocían económicamente.
Nuestra influencer comenta que al inicio cobraba 25 dólares por transmisión, es decir, de 2 a 3 horas, pero al determinar que era una labor sacrificada y requería de la ayuda de sus hijas, estableció un costo de 25 dólares por hora. Ahora sus hijas son parte del staff de ventas; el rol de una de ellas es agrupar en fundas las prendas o productos que solicitan, y la otra debe anotar los nombres y números de contacto de los clientes. La venta no termina allí, sino la labor del dueño de la mercadería, es entregar el producto al cliente y cobrar el precio pactado.
Convergencia de actitudes
A criterio de Ruth, el 80% de la venta depende del carisma y la estrategia del vendedor, y el 20% de la calidad del servicio en la entrega al cliente. Los productos que más le solicitan vender, añade, son: ropa, zapatos, cosméticos, adornos, útiles y artículos del hogar.
Explica que el horario habitual para las transmisiones en Facebook es en la noche, por cuanto la mayoría de clientes tienen tiempo libre y pueden mirar el video en vivo. “Recuerdo que la dueña de una boutique vendió de una sola, más de 1.200 dólares, monto que en condiciones normales lo haría en varios días”, subraya.
Una de las anécdotas más destacadas que refiere nuestra invitada, es que, por cuestiones de orden familiar, tuvo que cambiar su nombre en el perfil de Facebook y pasar a llamarse Lissbeth Verdugo. Desde este perfil realiza sus ventas y cada día tiene más seguidores.
Su éxito y aspiraciones
Tal ha sido su éxito como impulsadora de ventas en Internet, que en la actualidad obtiene mayores ingresos de esta manera que en su propio trabajo en un comisariato de la ciudad, además, recibe dinero de marcas auspiciantes de reconocidas empresas de la ciudad y provincia. Sus servicios, por ahora, los brinda a clientes de Azogues, Biblián e incluso viaja a Cuenca.
Para la exitosa emprendedora e influencer, su superación radica en su personalidad, en ser ella misma, tratar bien al cliente y transmitir alegría a todo lo largo del video. “Esta faceta de vendedora me ha cambiado la vida, me ha dado la oportunidad de tener estabilidad económica, pagar los estudios de mis hijos, y una que otra vez darnos unos gustitos. En 15 días con las ventas en Facebook obtengo alrededor de 800 dólares, tengo clientes que cada semana me llaman, disfruto lo que hago. Mi sueño es tener mi casa propia y verles realizados a mis hijos. Con la ayuda de Dios espero cumplir este objetivo; y mi alegría más grande es ver que mis clientes están vendiendo.
A todas las emprendedoras les estímulo a luchar por sus sueños, sin desmayar”, finaliza. (I)