-Entre varias familias que derrochan alegría y entusiasmo decorando sus casas para Navidad, este año traemos a la familia de Jorge “Penco” Vázquez-

Desde hace más de 15 años, la vivienda de la familia Vázquez Palacios, ubicada en la calle Bartolomé Serrano, entre la avenida Francisco Carrasco y Cañaris, de la ciudad de Azogues, marca una tradición por los arreglos y decoraciones para celebrar la Navidad.

Desde el techo, pasando por ventanales y puertas, hasta el patio de la casa, un incontable número de luces, nacimientos, árboles y figuras navideñas, llenan de colorido y alegría al barrio. Más de uno se detiene en el lugar para admirar las luces multicolores y la belleza de sus decoraciones.

Jorge Vázquez, conocido en la ciudad como “Penco”, cuenta que cada año, desde octubre, todos los integrantes de la familia ayudan a arreglar y decorar la casa, unos traen luces y otros las figuras para dar la bienvenida a la época navideña.

Recuerda que esta tradición y amor al Niño Jesús, viene desde que era infante, sus padres, ya fallecidos, le inculcaron esos valores, los cuales han ido pasando de generación en generación.

Para Jorge Vázquez, la decoración y arreglos de Navidad, es un periodo más para unirse como familia, donde salen a relucir los valores de la solidaridad, amor, cooperación y amor al prójimo.

Comenta que al inicio decoraban con su esposa, con el paso de los años, se han ido uniendo sus hijos y nietos, quienes han valorado sus costumbres y tradiciones.

Cada año hay nuevas piezas y figuras que engalanan la vivienda. Esto va de la mano de la celebración de la tradicional “Novena” y “Noche Buena”, el 24 de diciembre, cuando llega toda la familia a la casa, comparten momentos alegres en oración y se sirven los alimentos tradicionales de la fecha.

Considera que la época navideña es una de las más importantes del año, ya que a más de la decoración con luces, el árbol navideño, el nacimiento y las comidas en los hogares, es una oportunidad para despertar la fe en Dios, un tiempo de perdón, de reconciliación y compartir con los seres queridos.

“Mi devoción al Niño va más allá de lo económico, en esta época las luces y arreglos navideños nos inyectan alegría y paz, es un periodo más que nos da Dios para compartir con los que más amamos con lo poco o mucho que tengamos”, enfatiza. (I)

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