EDMUNDO MONTOYA

Entre la armonía, la calidez y un entorno acogedor, el artista plástico Edmundo Montoya Narváez saca a flote sus destrezas pictóricas, quien, hoy por hoy, se atribuye indiscutibles reconocimientos a su trayectoria artística en la provincia, en el país y el exterior.

Brilla una luz

El destacado artista rememora que avizoró su talento desde niño, cuando le atraía reproducir mediante el dibujo, las caricaturas y los comics, materiales de bastante propagación por aquel entonces; en principio asimilado como parte de la etapa infantil; no obstante, años más tarde, al ser estudiante del colegio Juan Bautista Vázquez, despierta su interés por el mundo de las artes plásticas, y se interna en la indagación de los pormenores que posibilitan el plasmar una obra.

Recibiendo el estímulo de sus maestros, quienes lo alientan a estudiar la carrera de Arquitectura o Artes Visuales, optando por esta última, en la Universidad Estatal de Cuenca, en 1993; lo que traza el punto de partida de innumerables experiencias, en su extenso y brillante recorrido por el campo artístico.

Sus principales soportes

Apunta la relevancia que representa en su carrera, el aporte brindado por la Casa de la Cultura Núcleo del Cañar, fundamentalmente por la Municipalidad de Azogues, en donde se mantiene laborando desde la administración del Dr. Segundo Serrano, personaje asiduo al arte y la cultura, quien le ofreció desempeñarse como dibujante en el Departamento de Cultura, resultando para el artista una magna oportunidad de poner a consideración de la ciudadanía, sus conocimientos y sus habilidades, emprendiendo una variedad de proyectos.

Estima que el arte es un espacio al que se convocan las diversas vivencias del ser humano, un universo de posibilidades creativas que admite poner en escenario los pensamientos, las desigualdades, las emociones, y los múltiples criterios que se generan en los avatares de la sociedad. Precisiones que dice, procura reflejar en cada una de sus obras, en consonancia con las remembranzas que irradian de sus propias vivencias. 

En galerías del extranjero

La humildad inherente a su personalidad, expresa ser la mejor carta de presentación que sustenta su excelencia artística, el principal rasgo que califica la adquisición de un nombre artístico; con modesto orgullo exalta sus participaciones nacionales e internacionales, como en México, Cuba, Venezuela, entre otros; su última participación como expositor, recuerda, fue en Estados Unidos hace 4 años; asimismo, está a la expectativa de confirmar la fecha para viajar a Madrid-España, para exhibir sus singulares obras de naturaleza social-conceptual.

Multiplicador del arte

El afamado pero sencillo admirador de Oswaldo Guayasamín, desatándose de cualquier acto que simbolice egoísmo, y en afán de fortalecer su compromiso con la colectividad, viene ofreciendo talleres particulares en su domicilio, el cual, ambientado en una mini galería, luce invadido de llamativas técnicas y colores; en conveniente coincidencia con su esposa, Mariela Ramírez, quien es Psicóloga Educativa, que trabaja con niños y jóvenes. A estos últimos, Montoya Narváez los insta a interesarse con esmero en estos espacios, en el que tienen la opción de manifestar sus aptitudes innatas, mediante la trasmisión de la espiritualidad, el arte y el sano esparcimiento. Ya que, según su criterio, en los últimos años se ha reducido su asistencia. (I)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *